martes, 7 de marzo de 2017

HIGO


Su sabor, deliciosamente dulce, y su textura crujiente y suave, hacen de este fruto un auténtico manjar propio del final del verano. Además, sus polifenoles contribuyen a hacer más lento el proceso de envejecimiento.
Aunque tiene muchas propiedades nutricionales, la fama se la ha ganado por su alto contenido en hidratos de carbono (12-19%), por lo que aporta energía saludable para afrontar el otoño.
Contra la osteoporosis – 4 higos nos proporcionan una media de 168 mg de calcio, una cantidad importante si tenemos en cuenta que un vaso de leche contiene 200 mg. Esto lo convierte en un alimento recomendable para prevenir la pérdida de masa ósea.
Barrera para el colesterol – Destaca por ser una de las frutas con mayor contenido en fibra. Su fibra soluble protege el organismo del colesterol malo. Este tipo de fibra logra retenerlo y, gracias a su efecto escoba, lo elimina del cuerpo a través de las heces.  
Saciante y digestivo – Por su abundante fibra (de la cual, el 80% es insoluble) regula el tránsito intestinal, suaviza las mucosas del tracto gastrointestinal y alimenta la buena flora bacteriana. 
Aporte nutricional – Es rico en potasio, por lo que conviene para bajar la presión arterial. También aporta calcio, magnesio y pequeñas cantidades de vitamina A, C y del grupo B (B1, B3 y B6).
Tratamiento de belleza – El alto contenido de provitamina A del higo es muy beneficioso para la renovación de la piel y las mucosas, estimula las defensas naturales y tiene acción antioxidante. Por su olor suave y ligeramente dulce es muy apreciado como materia prima en perfumería, y en la actualidad, forma parte de la composición de numerosos aromas para la mujer.
¡Fuera verrugas! – Su uso más conocido, concretamente de la leche que suelta al arrancarlo de la higuera, es la eliminación de las verrugas. Si se aplica durante varios días puede ayudar a combatir el virus que las ocasiona y se acaban desprendiendo. 
Se potencia – Es mejor comerlo el día que se compra. Los buenos higos pesan, están algo pegajosos y suelen agrietarse por la base. Hay que elegirlos así y huir de los demasiado homogéneos. Si están maduros se digieren muy bien gracias a la enzima cradina.
Mejor comprarlos justos – Lo ideal es comérselos el día que se compran o que se recogen del árbol porque fermentan enseguida. El frío de la nevera tampoco les favorece.
Los higos ligan con casi todo – Su temporada es muy corta, pero son una delicia y ofrecen un sinfín de posibilidades gastronómicas. Además de ser ideales para la elaboración de mermeladas o confituras, el sabor de los higos combina muy bien con frutos secos como las nueces, con quesos, pero también con jamón serrano y diferentes variedades de lechugas, así que se puede recomendar como entrante o, incluso, para preparar una salsa para acompañar carnes. 

COMBINA CON QUESO DE CABRA – Se es dado a pensar que es un fruto calórico, pero no es así. Una forma exquisita de consumirlos es con queso de cabra.
Un entrante delicioso – Abrir los higos por el centro y dividirlos en 4 partes como si fuese una flor. En su interior, poner un poner un poco de queso de cabra parcialmente fundido y media nuez.
Valor nutricional por 100 g de higo:

Parámetro
Valor
Unidad
Energía
65,4
Kcal
Proteínas
1,31
g
Grasas
0,5
g
Hidratos de carbono
12,9
g
Fibra
2,02
g
Agua
80,3
g
Vitaminas
Vitamina A
0,01
mg
 Vitamina B1  (Tiamina)
0,05
mg
Vitamina B2 (Riboflavina)
0,05
mg
Vitamina B3 (Niacina)
0,64
mg
Vitamina B6 (Piridoxina)
0,11
mg
Vitamina B9 (Folato)
6,70
µg
Vitamina C
2,7
mg
Electrolitos
Potasio
248,0
mg
Sodio
1,3
mg
Minerales
Fósforo
32,0
mg
Calcio
54,0
mg
Magnesio
20
mg
Hierro
0,6
mg
Zinc
0,3
mg


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