Es un
auténtico concentrado de nutrientes antienvejecimiento porque contiene
vitaminas C y A, vitaminas del grupo B, potasio, calcio, hierro… Además,
gracias a sus enzimas, es una fruta de muy fácil digestión.
Muy
saciante –
Esto
se debe a su riqueza en fibra, componente que hace que la absorción intestinal
de los azúcares sea más lenta y pausada. Por esta razón también ayuda a regular
los niveles de glucosa en sangre.
Amiga del
corazón –
Se
ha visto en animales que su consumo habitual reduce un 20% la grasa abdominal
(cuyo exceso se relaciona con el riesgo cardiovascular), y un 46% el
colesterol.
COMBINA CON
MIEL Y COCO – Por su textura y sabor, la chirimoya acepta gran
variedad de combinaciones, pero incluirla en un batido con leche de coco y miel
es una de las opciones más sabrosas.
Batido antiedad –
La
miel (muy rica en antioxidantes) multiplica el efecto antienvejecimiento de la
chirimoya. La leche de coco aporta sales minerales.
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