Para beneficiarse
al 100% de las muchas propiedades que nos regala este alimento tan arraigado en
nuestra Dieta Mediterránea, es mejor tomarlo con piel.
Reduce el
riesgo cardiovascular –
Un
estudio publicado en la revista “Neurology” pone de manifiesto que las personas
que comen tomates habitualmente reducen hasta un 60% el riesgo de que en su
sangre se formen coágulos que puedan taponar las arterias.
El poder
de los tomates verdes –
La
tomatidina
que contienen ayuda a fortalecer los músculos, según un estudio de la
Universidad de Iowa (EEUU). Su consumo puede beneficiar especialmente a
personas que deben guardar reposo durante mucho tiempo.
El tomate
fortalece la salud de las células –
El
color rojo del tomate se debe al licopeno,
un pigmento natural que el cuerpo humano no puede fabricar y que obtiene a
través de los alimentos. El licopeno tiene una potente acción antirradicales
libres que protege las células durante la exposición al sol (reduce la
inflamación de la piel) y refuerza los vasos sanguíneos. Por eso, se incluye en
numerosos suplementos.
Mascarilla
antibrillos –
El
tomate es antioxidante, astringente y refrescante. De ahí que se utilice para
prevenir el envejecimiento y reequilibrar la piel mixta y grasa. Se aplica
triturado en forma de mascarilla.
Tomate de
sofrito –
Lo
más habitual suele ser triturar o rallar primero el tomate. Pero sise quiere
que el sofrito se haga más rápido y quede mucho más sabroso, es preferible
cortarlo en dados.
RECETA – LECHO DE VERDURAS GRATINADAS
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